Un crédito de liquidez con garantía hipotecaria

Un crédito de liquidez con garantía hipotecaria es un préstamo en el que utilizas una propiedad de tu propiedad como aval para obtener dinero en efectivo.

A diferencia de los créditos hipotecarios tradicionales, que se destinan a la compra de una vivienda, el dinero de un crédito de liquidez se puede usar para cualquier propósito, como pagar deudas, hacer remodelaciones o financiar un negocio. 

¿Cómo funciona?

  1. Ofreces tu propiedad: 

Cedes los derechos de retención sobre una vivienda de tu propiedad a la entidad financiera como garantía del préstamo. 

  1. Recibes el dinero: 

El banco o institución financiera te presta una suma de dinero, que suele ser un porcentaje del valor de tu inmueble (por ejemplo, entre el 50% y el 80%). 

  1. Pagas mensualidades: 

Devuelves la cantidad recibida más un porcentaje de intereses en un plazo fijo y a través de mensualidades. 

  1. Recuperas tu propiedad: 

Al finalizar el pago del adeudo, se te devuelven los papeles de tu propiedad. 

Beneficios principales

  • Dinero para cualquier propósito: Puedes usar el dinero para lo que necesites, sin restricciones. 
  • Tasas de interés más bajas: Debido a la garantía hipotecaria, las tasas de interés suelen ser más accesibles que las de créditos sin garantía, como los personales. 
  • Plazos amplios: Ofrece plazos de pago que pueden ser de varios años, lo que facilita la devolución del préstamo. 

Requisitos comunes

  • Ser propietario de la vivienda: 

Debes ser el dueño del inmueble que se usará como garantía. 

  • Capacidad financiera: 

Debes demostrar que tienes la capacidad de pago para cubrir las mensualidades. 

  • Buen historial crediticio: 

Es importante tener un buen historial crediticio para ser candidato al préstamo. 

  • Documentación: 

Se te solicitará tu identificación oficial, comprobantes de domicilio y la documentación de la propiedad, entre otros requisitos. 

¿Para qué sirve? 

  • Consolidar deudas: Puedes agrupar todas tus deudas para tener un solo pago mensual y, potencialmente, una tasa de interés menor.
  • Remodelar o mejorar tu hogar: Obtener fondos para proyectos de mejora en tu vivienda.
  • Invertir en un negocio: Financiar el crecimiento o la puesta en marcha de un negocio propio.
  • Gastos educativos: Cubrir los gastos de colegiaturas o estudios.